JUEVES 31 DE OCTUBRE Y VIERNES 1 DE NOVIEMBRE, 19:30 H DON JUAN EN ALCALÁ 2024
Compañía Yllana
Bajo la dirección artística de Joe O’Curneen y David Ottone, el reparto contará con destacados actores como Antonio Pagudo en el papel de Don Juan y Julia Piera como Doña Inés, acompañados por Rafa Maza y Rodrigo Sánchez de Heredia, entre otros.
Recinto amurallado del Palacio Arzobispal / calle Cardenal Sandoval y Rojas, s/n
Teatro Reparto: Antonio Pagudo – Don Juan Julia Piera – Doña Inés Rafa Maza – Don Luis Mejía Rodrigo Sáenz de Heredia – Don Gonzalo de Ulloa Roberto Correcher – Don Diego Tenorio Estefanía Rocamora – Doña Ana de Pantoja Héctor Carballo – Buttarelli / Escultor David Fernández ‘Fabu’ – Ciutti Nerea Moreno – Brígida Alejandro Navamuel – Pascual Óscar Hernández – Capitán Centellas Javier Lara – Avellaneda Laura Barba – Lucía Natalia Calderón – Abadesa Mercedes Lur – La tornera
La compañía Yllana, uno de los grupos teatrales más aclamados del panorama nacional, será la encargada de producir y poner en escena la 38 edición de este evento, declarado Fiesta de Interés Turístico Nacional. La dirección artística correrá a cargo de Joe O’Curneen y David Ottone, dos de los fundadores de Yllana, que anuncian una propuesta «tragicómica» en la que se tratará de equilibrar la fidelidad al texto y el espíritu de la obra de José Zorrilla, con el sello inconfundible de Yllana. «Nuestro modelo es la propia tradición literaria española, en la que seriedad y burla se dan la mano y configuran un entramado poético en el que la risa tiene siempre un fondo trágico y el llanto, un fondo cómico», se explica desde la compañía. Las funciones se celebrarán ambos días a partir de las 19:30 horas, con apertura de puertas al público a las 18:30 horas.
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El Tenorio es la historia del espíritu, un mito que enriquece a la figura mítica de un Fausto o un Hamlet, como todos esos Don Juanes que se reciclan cada año buscando cambiar de perspectiva según la contemporaneidad en la que vive el público.
Dramaturgos y médicos se han ocupado de esta figura prototípica del burlador surgido de la consciencia colectiva indómita y algo generosa de los héroes que menosprecian el obstáculo y el peligro, pero que también, y esto es lo más dramático, intentan amar y no pueden, o intentan que los amen y no lo consiguen.
En esta faena divina, de aire festivo, carnaval y juego del destino inminente, el amor se va afinando como sustancia del elemento cultural del romanticismo del siglo XIX, pero también con un análisis actual, elevando hasta donde merecen a todos los personajes de la literatura que después de siglos siguen en pie, inertes al tiempo.
Triana Lorite